Tecate Comuna se realiza en Puebla y este año sucedió su tercera edición con un cartel que incluyó artistas internacionales y nacionales.
El nacimiento de este festival es de hace un par de años, pero su crecimiento lo hace velozmente.
Como si de un bebé se tratase, este festival comenzó en pañales para los asistentes de Puebla, puesto que en sus primeras dos ediciones tuvieron una serie de errores que se nota han puesto atención y han aprendido para mejorar el evento.
Ahora, se podría decir que el Tecate Comuna da un paso más hacia la adolescencia, donde ya es un poco mayor, ya tiene un poco más de experiencia, pero como todo joven, aún hay errores que suceden.
Detalles como el haber avisado que no habría estacionamiento oficial debido a las lluvias de días anteriores fueron un punto negativo, puesto que los accesos y el estar buscando la manera de llegar provocaba complicaciones en los traslados.
Por otro lado, un gran punto positivo fue el agua que podías tomar gratuitamente para mantenerte hidratado, el cual duró bastante tiempo (ya era de noche y me tocó ver gente que aún rellenaba sus vasos para hidratarse).
La locación fue un poco infortunada, porque había zonas donde había bastante lodo y había que pisar con cuidado para no caer, pero bueno, no se les puede culpar por las lluvias. Pero se nota que siguen sin prever ese detalle que en ediciones anteriores los perjudicó bastante.
Aún así, era más el terreno firme por donde podías caminar, sobretodo en la zona de food trucks y mesas para comer. La oferta era muy variada y con precios razonables. Además, al anochecer los focos le daban una agradable decoración a esa zona.
En cuanto a los escenarios, todo fue perfecto con el sonido. Quizá algunas bandas comenzaron con el sonido bajo o mal equilibrado, pero se notó que el técnico de audio estaba al pendiente porque eran pocos minutos para corregir esos errores.
El cartel estaba bastante campechano y me pareció acertado el manejo de horarios. Estuvo bien planeado porque se nota que los acomodaron de manera que en ningún momento se amontonara la gente en un solo escenario.
Por ejemplo, mientras La Maldita Vecindad tocaba en el escenario principal, los amantes del techno y la electrónica podíamos disfrutar de Titán en el otro escenario o viceversa, mientras The Offspring nos deleitaba con sus clásicas canciones, los fans de la Cuca hacían su propia fiesta en otro escenario.
La diversidad de géneros estuvo bien equilibrado. Hubo de todo: rock, pop, hip hop, electrónica, experimental, reggae, etc. Se agradece que el Tecate Comuna no se enfoca en un solo género.
Los actos que emocionaron y sorprendieron al público fueron principalmente Juanes, The Offspring, Alemán, La Maldita Vecindad y The Drums.
Hubo un acto que, en lo personal, ya es cansado de ver una y otra vez al ser agregados en la mayoría de los festivales. Hablo de Caifanes, banda donde Saúl Hernández se nota que su voz ya está desgastada.
Creo que es momento de darle más reflectores a propuestas nuevas que poco a poco se abren camino entre la escena musical. Ahí está Rubytates y La Garfield, quienes ya cuentan con la experiencia y el material suficiente para dar el brinco a horarios más estelares y venues más grandes.
Así pues, el Tecate Comuna está llegando a la adolescencia, una etapa complicada, donde deben decidir el rumbo que quieren tomar, porque crecer es inevitable y deben estar listos para madurar y enfrentar retos mayores.
Ahí la llevan, fue una tercera edición memorable, con algunos puntos que se pueden mejorar, como implementar el sistema cashless o aumentar la seguridad (nos enteramos de varios robos que sucedían entre el público), pero por otro lado se aplaude cosas como el agua gratuita, el respeto de los horarios de las bandas y el excelente sonido.
Estaremos al pendiente de lo que viene para Tecate Comuna 2020.
