Metric, después de haber venido a México para ser teloneros de Zoé, fijaron una fecha en solitario para promocionar como se debe su último disco.
No es la primera vez que Metric pisa tierras mexicanas. De hecho, en la primera edición de Corona Capital cancelaron su participación, pero luego recompensaron con fechas en varios venues y festivales durante todos estos años.
Sus últimas visitas fueron en Machaca Fest y por supuesto su trabajo como telonero para Zoé en el Auditorio Nacional.
Visitas han sido varias, pero la ocasión especial para su presentación en El Plaza fue la promoción de su último álbum Art of Doubt.
Su fecha cayó un domingo, lo cual no importo para los asistentes que abarrotaron un Plaza Condesa desde temprano para ver primeros actos de calentamiento, previo para ver a los esperadísimos Metric.
Primero DJ Romo para calentar los ánimos, seguido de Andrea Franz, una chica de California que poco a poco se abre camino entre la escena musical independiente.
Andrea va por la línea de un denominado sad pop, y anteriormente había trabajado como apoyo en las vocales para los proyectos de León Larregui.
Ella misma se sorprendió por tan cálido recibimiento y poco a poco se fue desenvolviendo sobre el escenario, donde una gran parte del público se mantuvo atento a lo que sucedía.
Finalmente agradeció a los asistentes que llegaron temprano para ver su acto y la espera para Metric estaba llegando a su fin.
Entre aplausos y gritos, Emily Haines y compañía se presentaron sobre el escenario. La emoción por volver a ver una banda muy querida en México volvió a inundar el venue.
Black Sheep fue la canción abridora. El tema conocido por todos al escucharla en la película Scott Pilgrim vs the World fue un comienzo explosivo.
Los bailes de Emily arrancaron suspiros para una gran mayoría de los asistentes y su voz es realmente encantadora. Por otro lado, el resto de la banda siempre preciso y atinado en la ejecución de los instrumentos.
El sonido fue impecable, bastante bien ecualizado, sin importar donde estuvieses, se apreciaba cada instrumento, sobretodo al momento en que Emily se colocaba detrás de un teclado en algunas canciones.
Las luces también jugaron un papel importante al darle dinamismo al escenario, en donde a lo largo de 16 canciones, siempre estuvieron jugando con los integrantes, creando la atmósfera perfecta.
Respecto a su nuevo álbum que vienen promocionando, Art of Doubt, se agradece que Metric mantiene la esencia de su sonido electrónico con mezclas rockeras.
Art of Doubt sigue en la misma línea y eso no tiene nada de malo, al contrario, nadie pide que se arregle algo que funciona. El grupo lo sabe y sin tomar riesgos se dedican a hacer canciones siempre bailables.
El setlist dio un recorrido principal por su último álbum, así como el que los catapultó a la fama comercial, Fantasies, de donde conocemos prácticamente himnos como Help I’m Alive y Gimme Sympathy, aunque por otro lado, se extrañó Sick Muse, una gran ausente de la noche.
Rumbo al final hubo un encore y además estrenaron una canción completamente nueva y que ahora sabemos que se llama Common Lives, la cual seguro en un futuro, con un poco más de promoción será coreada en sus próximos conciertos.
La discografía de Metric, a prácticamente veinte años de carrera musical, ya es muy amplia. A estas alturas ya es complicado que logren complacer a todos sus fans con un setlist perfecto, porque siempre quedará alguna afuera.
Quizá ya es momento de comenzar a realizar tours de aniversario de sus discos, para no dejar fuera sus glorias pasadas.
Aún así, el concierto fue mágico y siempre es un gusto ver a Metric en vivo. Sin duda un show imperdible para todos sus fans. Seguro aún hay Metric para rato.
