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Babasónicos recorrió su pasado, analizó su presente y predijo su futuro en su concierto en Ciudad de México. ¡Descubre cómo les fue!.

Babasónicos entonaron los temas que los llevaron a pararse en los mejores escenarios al rededor del mundo, en esta ocasión, Ciudad de México fue testigo del resultado de todos esos años de esfuerzos, pues lo arriesgaron todo: tocaron las puertas del Auditorio Nacional.

Babasónicos llegó a México a finales de la era dorara del rock, eso no significa que fue mal momento, al contrario, para ese entonces las tendencias parecían estar ya ocupadas, es decir, que se creía que ya todo se había intentado, sin embargo, apareció un grupo con intenciones de reformar las letras románticas y convertirlas en místicos acordes que ahora engalanan el rock de Adrián Dárgelos y compañía.

Una vez que comenzaron su carrera, era un ir y venir por América Latina, recorrían ciudades enteras expandiendo su nacimiento, resolviendo sus propios conflictos internos en cada presentación, aprendiendo de ellos mismos, adhiriendo un pedazo de cultura de los lugares que visitaban.

México fue uno de sus favoritos y el sentimiento fue reciproco, pues los habitantes no tardaron en hacer suyas las interpretaciones de la banda argentina. En sus primeros shows, apenas reunían a los que hoy se consideran fans de culto, pero fueron ellos quienes los acercaron a situaciones más grandes. La pasada noche del 19 de septiembre, un aproximado de 10, 000, en su mayoria mexicanos, fueron prueba contundente de los corazones que han flechado a lo largo del tiempo.

La noche se veía muy tranquila, incluso la ciudad parecía ya estar descansando, pero adentro del Auditorio, se gestaba una velada mágica, una fiesta de emociones por ver, escuchar y sentir al grupo que ha conquistado tierras enteras al compás de 12 discos que adornan su biografía musical, mismos que fueron servidos como plato fuerte en el festín. Para las 20:50 pm la tarima seguía a obscuras, pero dando las 21:00 pm, no solo se iluminó el estrado, también el alma de todos los asistentes. Los seguidores más cercanos, se pusieron de pie y no volvieron a tocar su silla en toda la noche.

Los arreglos eran inconfundibles, la metodología musical sigue, en esencia, siendo la misma, pero ya no solo transmitía alegría, también esparcía nostalgia, pues si bien los años no estaban reflejados en sus movimientos, si en sus cuerpos; Babasónicos ha crecido tanto biológicamente, como físicamente, para muestra la gran barba y cabellera blanca que portaba Dárgelos.

El recorrido discográfico corría justo como lo planearon, pero nadie estaba preparado para El Colmo, tema que inspiró a muchas generaciones a construir su futuro basadas en la filosofía de la agrupación. El coro fue elogiado y estamos seguros que retumbó hasta las avenidas que colindan con el venue.

“Canción llévame lejos donde nadie se acuerde de mi…”

La noche seguía su curso y como una especie ritual, los Babas (bautizo de los fans) entraban y salían del telón, tal vez necesitaban escuchar el cariño que les guardaban. Como si no bastase con el aplaudir y corear una a una las canciones del setlist, el cual, además de los recuerdos, incluyó temas como Irresponsables, Vampi, Loco y Putita. 

El viaje, concluyó con el público ovacionando la presentación, con nudos en la garganta por despedirse sin saber cuándo sería la próxima vez que se encontrarían con el quinteto y sus acompañantes. Babasónicos, capturaron el alma de los asistentes y la guardaron en sus corazones, estamos seguros que, podrán tener muchas presentaciones, pero ninguna se equiparará al amor capitalino.

Quién diría que un jueves de septiembre nos regalaría una velada tan sofisticada, solo nos queda agradecer el gesto de los argentinos y esperarlos con los brazos abiertos.

¿Estuviste ahí? Cuéntanos: ¿Cómo te sentiste? ¿Qué te gustó? ¿Que no te gustó?

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Diego Vazquez
Príncipe de Cd. Nezahualcóyotl. Partidario de la libertad artística, voy por la vida defiendo a los bulleados musicales aunque no siempre gane. No existe música sin sentido, solo gente sin sentimientos.