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Motorama regresó al C3 Stage de Guadalajara. Sin ser espectaculares o inmaculados en su set, lograron encender a una multitudinaria fanaticada tapatía.

Parece que Guadalajara nunca tendrá suficiente de Motorama. La banda rusa de post-punk ha generado una cercana conexión con la perla tapatía en los últimos años. El pasado sábado fue una prueba más de esta singular relación.

Cayó la noche y las inmediaciones de C3 Stage comenzaron a saturarse de jóvenes, en su mayoría, vestidos de negro. No tardó el foro tapatío en llenarse a partir de la apertura de puertas. En esta ocasión los organizadores tuvieron el tino de invitar a un par de proyectos locales para iniciar las actividades.

La primera agrupación fue Navit, power trio liderado por Cynthia y Alexa con cinco años en la escena. Con el camino recorrido han ganado solidez en su propuesta con inclinaciones al indie y el rock-pop. Otoño fue la canción elegida para concluir su set.

Ya con los ánimos subiendo para ver a Motorama, llegó el turno de recibir a Realms. El proyecto tapatío ha tenido un par de años fructíferos. Su propuesta energética de rock alternativo se endulza con atmósferas intrigantes y mantiene la atención de cualquier incauto.

Finalmente, pasadas las 10, y después de una espera considerable, llegó el turno de la agrupación liderada por Vlad Parshin. Con una formación de trio, habitual en las últimas giras, no necesitaron presentación para comenzar con su vertiginosa interpretación musical.

Una tela negra cubría el fondo del escenario, mientras las luces de celulares reflejaban ahí las siluetas de la tercia. Apenas iba la audiencia tomando lugar, cuando Motorama suelta Heavy Wave, suficiente para enloquecer a los fans. De ahí en adelante no soltaron el hilo, no dieron oportunidad de descanso a las emociones particulares de sus canciones.

Si bien el audio no inició en punto óptimo, sobre la marcha fue reparando a la par de la energía del público. Y es que la entrega en cada visita de la banda rusa no logra disminuir. Cada aceleración en el ritmo es mínimo pretexto para los presentes de brincar e incluso hacer slam.

La emoción creada con los temas de Motorama pareciera trabajar una fórmula predeterminada. Sin embargo, esto en vez de ser tedioso, fascina a un público tapatío encantado con su estilo. El trío en el escenario es frío, preciso y casi inerte, pero a la vez apasionado. Vlad mantiene una parsimonia que se rompe en pequeños picos de energía.

Temas como To The South, Ghost, Alps y I See You levantaron las palmas más estridentes. Después de un corto encore de una canción, la agrupación de post-punk cerró su actuación de esta noche.

Fieles a su estilo y sin necesidad de perfectos empaques para sus shows. Motorama concluye un capítulo más de ese estrecho vínculo con Guadalajara. Un concierto que dejó satisfecho a todo fan, al menos por un tiempo.

Checa las fotos que tomamos del evento:

motorama
Navit
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Realms
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Realms
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Realms
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Motorama
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