Foster the People regresó a la Ciudad de México para presentar lo mejor de su discografía. Otra vez no decepcionó y volvió a dejar en claro en porqué es una de las bandas favoritas de los mexicanos.
Lunes lluvioso de concierto en el Pepsi Center. En esta ocasión la gente llegó más temprano de lo habitual a prepararse para ver lo más adelante posible a una de sus bandas consentidas; aquella banda que en 2011 rompió las playlists y la radio comercial (y la no tan comercial) con el éxito Pumped Up Kicks.
De aquella primera vez que la banda llegó al Vive Latino 2012 aún recuerdo que fueron “el abridor del abridor”, ya que les tocó presentarse antes de los ingleses de Kasabian y de los mexicanos de Café Tacvba. En aquella ocasión la gente apenas conocía sus canciones pero lograron impactar en una de las primeras ediciones del festival con bandas internacionales.
Ahora, en 2018, vinieron a presentar por segunda vez Sacred Hearts Club (ya que en 2017 habían presentado el mismo disco en el mismo venue), con un público ávido por volverlos a ver en vivo, como en aquella vez en que en 2014 presentaron Supermodel en el Corona Capital del lodo, la lluvia, los truenos y las grandes bandas.
La noche abrió con Los Mesoneros, banda originaria de Venezuela, que no se achicó ni un segundo como telonero, dando un espectáculo de rock clásico con letras pop y una energía total de la banda (en especial del vocalista), que hizo que su presentación fuera memorable para los asistentes al concierto.
La gente también respondió de gran manera al ritmo de sus canciones. La banda invitó, y nosotros también lo hacemos, a su primera presentación en el Lunario el próximo sábado 3 de noviembre, donde seguramente darán una muestra todavía mejor de lo que saben hacer en vivo.
Para cuando terminaron los sudamericanos de tocar, el venue se veía cada vez más lleno y la gente más cerca del escenario. Todo estaba listo para los estelares y en punto de las 22:00 horas salieron Mark Foster y compañía a tocar Coming Of Age, Don’t Stop (Color Of the Walls) y Lotus Eater con gritos, cantos y muchos empujones de por medio.
La felicidad de Mark Foster se notó desde que subió al escenario y éste a su vez respondió con lo mejor de sus producciones de larga duración, de la mano de A Begginer’s Guide To Destroy the Moon, Pay The Man y Time to Get Closer, que emocionaron en todo momento a hombres y mujeres por igual.
Luego de múltiples años de no hacerlo, tocaron en vivo Love, uno de los bonus tracks de Torches el disco que los llevó a la fama, para dar lugar a la psicodélica y visualmente colorida Pseudologia Fantastica, la emocionante Houdini y la nostálgica Call It What You Want, logrando una emoción especial en I Love My Friends, con abrazos entre amigos.
La otra sorpresa de la noche fue el cover a The Smiths con Bigmouth Strikes Again y el emocionante cierre pre-encore con las extraordinarias Helena Beat y Pumped Up Kicks que nos transportaron a pleno 2011, cuando escuchábamos en todos lados esta última canción en fiestas, reuniones y hasta en la clase de zumba de nuestra tía.
El cierre corrió de la mano de Loyal Like Sid&Nancy (haciendo homenaje a la conocida pareja entre el vocalista de los Sex Pistols y Nancy Spungen) y de Sit Next to Me, que cerró con broche de oro y unas palabras emotivas, de inclusión, amor y amistad en un español un poco extraño de parte de Mark.
Sin duda esta banda sabe mezclar lo mejor de su discografía para hacer una gran fiesta en su concierto; logrando, independientemente de la cantidad de veces que visiten nuestro país, una experiencia única de la mano de su querido público mexicano, ése que lo ha apoyado desde aquel Vive Latino 2012.