Rhye se ha vuelto un proyecto muy constante en el mundo a través de los festivales y los shows en solitario, a pesar de que hasta hace unos días sólo contaban con un disco, Woman.
Y fue justo un día antes del lanzamiento oficial de Blood, su nuevo material, cuando los canadienses estuvieron en el Frontón acá en la Ciudad de México para presentar varias canciones en vivo y que funcionó también como un preludio al mismo álbum.
Inclusive, aún durante la marcha del concierto, se estrenó en YouTube el video oficial de Count To Five, uno de los sencillos del Blood.
Y es que Rhye logró una empatía con el público enorme a través de bellas canciones en una categoría o rubro musical que no es tan común hoy en día, en la que Mike Milosh y Robbin Hannibal, desde que eran un dueto y ahora siendo una banda en forma, lograron salir de la tangente y llevar la sensualidad tanto melódica como líricamente a un nivel de placer relevante.
Blood no es más que la segunda parte del Woman, es una fórmula con la que ya se identifican como agrupación, y los que es mejor, su público ya los identifica de esa manera. Hi-hits ligeros en los platillos, acompañados de claps, sintetizador en balada y chelos con violines entrando y saliendo, acompañan la voz de Milosh que casi ya es patente del artista.
De a poco, el disco se vuelve más dinámico con Taste, el primer sencillo, y la inclusión de un bajo más marcado que en Feel Your Weight se vuelve Funk, haciendo de éste track uno de los más sexys de Blood.
En Please vale mucho la letra y la interpretación de Mike Milosh por ser una balada orquestal que también es un stop momentáneo para después seguir con Count To Five y el regreso del Funk con slides de guitarra usadas en el Disco de los 70’s y violines subiendo y bajando en el clímax de la canción.
Particularmente, mi favorita que además funciona perfecto para ser el intermedio del álbum. Song For You, Blood Knows y Stay Safe son canciones que por sí solas son interesantes y que se disfrutan a pesar de ser muy lineales y tranquilas, pero que fueron acomodadas para escucharse una tras otra, seguidas, de manera que provocan un bajón importante en el dinamismo que se recupera un poco en Phoenix, otro de los temas interesantes en ésta obra.
Softly, sin ser mala, no tiene la fuerza suficiente para levantar el barco que Sinful, su sucesora y la última canción, intenta sacar adelante por medio de lo bien que suena en su intervalo de violines que van finalizando con el segundo LP de Rhye.
Hay que destacar que Rhye con su líder Milosh saben manejar el tema de la sexualidad sin tapujos en sus letras y volverlo todo un arte erótico en su voz y sus interpretaciones que se unen a lo encantador de su música que le acompaña. Algo que tal vez solo Sade logró universificar para hacer de las canciones un encuentro entre parejas, sentimientos y pasiones.
Cinco años me parece bastante tiempo para que Rhye, tomando en cuenta del éxito que obtuvo sólo con un disco, ofreciera algo más importante, si embargo Blood es una buena segunda parte de los que fue su debut, con una misma fórmula pero ahora con otras letras que seguirán dando esa estabilidad que todo proyecto desea para seguir vivo.