Después de posponer su presentación por el temblor ocurrido en septiembre, Enjambre por fin dio su tan esperado concierto en el Auditorio Nacional.
Fotos por: Kross Scott
La espera terminó para los miles de fans de la Ciudad de México que esperaban ver a una de las bandas nacionales más exitosas. Enjambre por fin volvió a pisar el escenario del Auditorio Nacional y ofrecieron un largo setlist para deleite de los más aguerridos.
Hubo una banda telonera, Lori Meyers, quienes ante un Auditorio a la mitad de ocupado dieron una breve presentación que emocionó a algunos pocos.
Después, el momento esperado llegó cuando los hermanos Navejas y compañía salieron ante un recinto lleno a 3/4 partes y comenzaron con Celeste, pieza del último material que vienen promocionando: Imperfecto Extraño.
El público explotó en euforia y a pesar de ser un álbum relativamente nuevo, los fans corearon y cantaron a todo pulmón las nuevas piezas musicales.
Un destello de nostalgia sucedió cuando tocaron Visita, una de las canciones más famosas y que catapultó a la banda a los medios masivos y el éxito comercial (me incluyo como uno de los que conoció al grupo por su tercer álbum Daltónico).
En ningún momento Enjambre dejó que cayera la energía que mantenían eufórica. Argentum, Manía Cardiaca y Dulce Soledad fueron otras piezas que lograron ser coreadas y opacaron la voz de Luis Humberto Navejas.
Incluso, en algunas piezas contaron con la participación de un cuarteto de cuerdas que adornaba las melodías y les daba un toque más inspirador.
Luis Humberto, en algún punto del concierto avisó que una parte de lo recaudado de los boletos sería para los damnificados por el temblor del 19 de septiembre.
La noche se alargó, al igual que su setlist. Enjambre avisó que no se irían hasta haber tocado completo su último álbul y algunos clásicos que les pidieron por redes sociales.
Un momento muy especial ocurrió cuando invitaron a Banda de Turistas al escenario para tocar juntos Sábado Perpetuo, una de las canciones que se ha vuelto emblemática entre los seguidores de la banda.
Después de casi 2 horas hubo un encore, la banda se despidió y los asistentes pedían una canción más. Enjambre volvió para interpretar Cobarde (en ésta Luis Humberto se paseó entre el público mientras cantaba) y Vida en el Espejo, para despedirse nuevamente.
En un segundo encore (¡qué atrevimiento!) volvieron una vez más (junto con Banda de Turistas) para cerrar ahora sí con Éste Invierno. A pesar de no haber llenado su fecha, el público se fue satisfecho por un extenso setlist que abarcó muchísimo de los últimos materiales.
En lo personal, y como un seguidor de los principios de Enjambre, extraño aquellas canciones que hicieron que más de uno volteara al sonido que estaban proponiendo en un principio. ¿Dónde quedó El Hombre del Mañana, Ojos Tristes, Último Tema o Impacto?
Quedaron fuera muchos clásicos que nos pudieron haber trasladado a esos tiempos de la prepa o la universidad.
Enjambre evolucionó a una banda que encontró la fórmula mágica para hacer canciones que conectan con un gran número de escuchas, pero que la esencia se ha perdido y ahora se sienten genéricos.
El concierto se sintió lleno de melancolía con un sabor agridulce.