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Jay Z, el nombre artístico que escuda a Shawn Carter, uno de los hombres más ricos de todo Estados Unidos, el tipo que logró ganarse el corazón de una tal Beyonce para luego casarse con ella y lograr tener una hija (muchos lo odiamos por esa simple razón), un músico, productor y empresario que ha logrado todo un imperio a través de sus letras que lo colocaron durante muchos años en la cima del Hip hop y del Rap.

jay z 4:44La carrera fructífera de uno de los mejores raperos que ha pisado este planeta, por supuesto que también debe de verse manchada por errores y tropiezos que le sucedan en el transcurso de su carrera. De hecho, la grandeza de un artista proviene de sus errores más grandes, en los que por parte de él, específicamente podemos mencionar a un The Blueprint 3 (2009) y Magna Carta… Holy Grail (2013).

En dichos álbumes, Jay Z se aventuró más a la sobre producción musical, así como a colaborar en la interpretación con quién se le pusiera enfrente. Los últimos dos materiales de Shawn Carter en solitario fueron creados para algo más comercial, cosa que tampoco funcionó en ese ámbito.

Sin embargo, lo reafirmo una vez más, a un artista se le debe de reconocer cuando después de crearse su propia catástrofe de los experimentos con los que desee juguetear y quitarse la espinita de la duda, regrese a sus raíces, a su base de la que muchos no se deberían mover nunca.

4:44 es el antídoto que Jay Z necesitaba para poner algunas cosas en orden en tiempos en que pareciera ya no tendría cabida ante el reinado de Kendrick Lamar. Es un elepé honesto, sincero y clásico de un hombre que expone sus verdaderos problemas y los plasma en rimas que van con intención de buscar algún reparo y perdón, y otras, también como balas frías directas y sanguinarias para sus remitentes.

Kill Jay Z es el nombre de la primera canción del 4:44 que nos recibe como un gancho y una trampa que nos revela a un Jay Z con una certeza impecable en contra del que alguna vez fuera su amigo, compañero y protegido Kanye West, a quién le dedica algunos versos de liberarse de su gran ego y recalcarle que el éxito obtenido hasta ahora no fue por ayuda de nadie, más que del trabajo de él mismo.

Seguidos nos topamos con The Story Of O.J. y sus samples adorables a Nina Simone interpretando un “My skin is black…” que sirve para guiarnos en un tema de introducción a la cultura negra muy al estilo de Nina para llevarla por rumbos de libertad.

Para el tercer track, el primer featuring en el álbum viene de parte de Gloria Carter, la madre Jay Z, quien éste mismo menciona en sus letras la homosexualidad de su madre (“Mama had four kids, but she’s a lesbian”) y de cómo esto, con todo el dolor que le generó al saberlo, le ayudó para seguir adelante.

La siguiente colaboración es con el renacido Frank Ocean que ya te lo encuentras hasta en la sopa, a pesar de que su servidor le quiere mucho, y que la verdad su participación en Caught Their Eyes es muy intrascendente.

Dentro de las colaboraciones, la última la hace Damian Marley en Bam con un corte (obviamente) reggae, y que en sintonía junto a la de Frank Ocean, pasan desapercibidas pero se logran filtrar de manera fluida dentro del 4:44 sin que lleguen a incomodar.

Family Feud, Moonlight y Marcy Me son muy buenos puentes de traslado y con un gran ritmo que son para aplaudirse.

La canción que da título al álbum, 4:44, es de las más puras en cuanto a lírica. Es el rapero demostrando su lado más paternal y de líder de familia, recargándose sobre sus errores, exponiéndose ante todos y desnudando su alma principalmente a su esposa Beyonce, quien dicho sea de paso es ella la que hace coros sampleados en Family Feud.

En el cierre con Legacy sucede lo similar que con 4:44; Jay Z diciendo que quiere demostrar ser mejor persona y limitar su ego por el bien de su familia, todo esto después de un bello intro con la voz de la pequeña Blue Ivy (hija de Jay y Beyonce) diciendo “Daddy, what’s a will?”.

El 4:44 de Jay Z, si bien no es el mejor disco de su carrera, por lo menos si es uno de los mejores, pero más importante que eso, es el camino correcto que lo regresa a la grandeza, esa grandeza que se forjó él mismo a través de sonar clásico, sincero, sin tanta producción para intentar adentrarse a lo comercial y parecer estar fingiendo en su música.

Porque además si hay algo que le debemos de agradecer al señor Shawn Carter, es que no se haya adentrado nunca a experimentar al Trap Music de mierda del que todos están enamorados ahora.

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Explorador galáctico de las órbitas musicales. Vivo en una y mil canciones más.
jay-z-444-resenaEl 4:44 de Jay Z, si bien no es el mejor disco de su carrera, por lo menos si es uno de los mejores, pero más importante que eso, es el camino correcto que lo regresa a la grandeza, esa grandeza que se forjó él mismo a través de sonar clásico, sincero, sin tanta producción para intentar adentrarse a lo comercial y parecer estar fingiendo en su música.