¿Podría ser que Wonder Woman viniera a reivindicar el universo de DC, aún cuando era un personaje casi olvidado en el cine y en la televisión de los 70’s? Por fortuna, sí lo hizo.
Si la ley de Murphy “todo lo que puede salir mal, saldrá mal” tuviera un representante digno en el cine, serían DC y Warner Bros con su atropellado universo cinematográfico de súper héroes, el cual no sale de un obstáculo cuando ya se ha presentado otro mayor.
Nada bueno se veía en el futuro de una industria cuyas mayores estrellas Batman y Superman, no habían tenido las mejores películas. Sin embargo, precisamente en la película Batman vs Superman, hubo un momento muy emocionante (quizá el único) que levantó elogios en las salas de cine: la aparición de Wonder Woman.
¿Podría ser que Wonder Woman viniera a reivindicar el universo de DC, aún cuando era un personaje casi olvidado en el cine y en la televisión de los 70’s? Por fortuna, sí lo hizo.
Wonder Woman es una película emocionante, divertida y hasta tiene su buen carga de emotividad, algo que parecería ajeno al universo DC/Warner Bros, pero que está muy bien manejado por su directora Patty Jenkins, la jugada maestra de Zack Snyder, quien parece tomar mejores decisiones cuando no dirige.
Jenkins demuestra grandes cualidades como directora que dotan a Wonder Woman de una sencillez sobresaliente para contar una historia; cada secuencia está respaldada por tomas precisas que enfatizan el valor dramático de la escena, resaltando las secuencias de acción, que además de ser emocionantes, resaltan por su medido uso de la edición, un recurso del que usualmente se abusa en estas películas.
Además Jenkins sabe jugar muy bien sus piezas, siendo su protagonista Gal Gadot a la que mejor sabe sacarle jugo, pues aprovecha cada aspecto de la actriz para enriquecer el personaje de la Princesa Diana: desde su acento, su timidez natural y por supuesto, la belleza, la cual permanece en la línea correcta, pero no tiene problema con jugar con la parte sexual de ella.
La oscuridad característica de las películas de DC está presente en Wonder Woman, pero por vez primera, se nota el uso práctico de ella; los colores siguen siendo en una paleta oscura, pero ya hay una gama que se utiliza con una intención dramática: comenzamos en una luminosa y realista isla de las amazonas, el traje de Wonder Woman resalta cuando hay un empoderamiento del personaje, la oscuridad varía de la guerra a la decadente Londres y por supuesto el sello de la casa, la batalla final en la oscuridad de la noche. Podrán seguir siendo objeto de discusiones, pero en Wonder Woman ya existe un paso adelante en la intención de esta atmósfera oscurantista.
Wonder Woman no es una película perfecta y entre sus puntos débiles está el CGI que en ocasiones se ve torpe, y los males comunes de las películas de súper héroes: los villanos sin chiste y el abuso de la cámara lenta (entre otros).
Pero ese es el gran valor de Wonder Woman, que a pesar de sus varios defectos, termina siendo una película que se disfruta, entretiene y emociona. Una lección que no sólo DC tendría que tomar en cuenta, si no también la gran mayoría de películas de súper héroes.