Guardianes de la Galaxia Vol 2 es la saga de Marvel que (creímos) se cuece aparte.
Hace tres años (en el 2014) en pleno auge de los super héroes de Marvel en el cine, salió una película que sobresalía entre todas las demás, que parecían estar hechas con el mismo molde; una película refrescante y emocionante, que no dependía de la carga de un personaje franquicia, ni de tener que embonar en la siguiente película del universo Marvel/Disney. La película era Guardianes de la Galaxia Vol. 1, de la cual hasta a los que no comulgamos del fanatismo del super héroe en el cine, nos volvimos admiradores.
Tres años más tarde, llega la tan esperada secuela, esta vez más cerca de Marvel y bastante alejada de su genial primer volumen.
La secuela sufre de lo que denomino “el síndrome MARVEL”, un complejo del cual sufren la gran mayoría de sus películas. Dicho síndrome tiene como síntomas: la exageración de chistes, de explicaciones y la carencia de un villano que haga interesante la historia. Por fortuna, lo logrado en el anterior volumen, le da la fuerza y la mantiene a flote, para no caer del todo en lo genérico del universo Marvel.
El gran problema de Guardianes de la Galaxia Vol 2 radica en el guión, esta vez escrito en su totalidad por el mismo director James Gunn; su decisión parece haber sido simple: poner más de todo lo que funcionó en la primer parte. Pero eso no siempre es buena idea
El humor de Guardianes de la Galaxia tiene un toque especial a diferencia de otras películas de la empresa Disney-MARVEL, por lo que las dosis justas del volumen 1 fueron estupendas; en el volumen 2, el humor cae en el exceso de poner 3 gags por minuto para ver cual pega (más de la mitad se quedan en el olvido). Pero no sólo eso, Gunn parece estar tan convencido de su humor, que crea en Drax (Dave Bautista) un patiño que no sólo cuente los chistes, sino que también se ría de todos los contados en la película, como marcando pauta para la audiencia, cual cartelito de programa de tv.
Y a Groot lo han reducido al elemento tierno que toda película infantil debe tener. Sí, es un truco barato que funcionará excelente en el público, y no se diga para la mercadotecnia de la película, además de sus productos; pero visto desde un ojo más crítico, el personaje entrañable y rompe madres de la primera película, fue disminuido a una especie de minion de los Guardianes.
Otro elemento que está presente en esta secuela es la manipulación sentimental, la cual es llevada al hartazgo. Es bueno que una secuela se enfoque en ahondar más en sus personajes para empatizar aún más con su público, pero cuando en un guión los personajes tienen que dar explicaciones al espectador de cómo se sienten en lugar de mostrarlas con elementos narrativos de cine, hay un gran problema. Pongamos de ejemplo el manejo del personaje Yondu (Michael Rooker): en el volumen 1 ya era uno de los personajes más interesantes y enigmáticos por su relación con Peter Quill (Chris Pratt), pero en Guardianes de la Galaxia Vol 2 parece no haber sido suficiente, pues al menos 2 personajes diferentes se encargan de explicarnos cómo se siente y porque ha dejado escapar a Peter en la película pasada…¿en serio?
Ni siquiera el soundtrack es emocionante, las baladas son el reflejo del tono en que se buscó llevar esta secuela. Mención aparte merece el uso de Father & Son de Cat Stevens. que es usada magistralmente en el final, que es enorme y aporta toda la emoción que buscó el director en toda la película.
Guardianes de la Galaxia Vol 2 resulta un melodrama excesivo, falto de emoción, ritmo de comedia torpe y un villano que no dio el balance para mantener el carisma de su predecesora.
Aún así, tiene dos grandes momentos (la charla de Rocket con Yondu en la celda y ese estupendo final) que sin necesidad de los excesos de los que está llena la película, que nos hace mantener la esperanza a los que queremos a los Guardianes de la Galaxia, para que en su tercer parte retomen la memoria de lo que hizo tan destacada su fórmula.
Nos veremos en 3 años, por lo mientras iré a poner la primera para disfrutarla.