Monterrey se reafirma como tierra de oportunidades festivaleras. Se demostró tras 13 horas de música, alegría y fiesta este sábado 1 de octubre en la meca de eventos masivos de los regios: el Parque Fundidora, para el Live Out.
Por: Julio Díaz
Duplicando muchos aspectos de su edición pasada, el festival respaldado por la unión entre los organizadores de shows en México y Estados Unidos como Lollapalooza, Austin City Limits, Pa’l Norte, Vive Latino y Corona Capital, sorprendió a todos anunciando “Sold Out” antes de que finalizara su segunda presentación del día.
La respuesta no pudo haber sido mejor, tomando en cuenta un lineup internacional de 14 bandas y artistas principales y 4 DJs, el festival llamó la atención de todo México y el sur del país vecino del norte.
La noticia más sonada del evento fue la cancelación de la artista principal, Lana del Rey y al mismo tiempo el anuncio de Kings of Leon como reemplazo, generando opiniones divididas entre la gente con boleto, unos mostrando su descontento porque no verían a la neoyorquina y la mayoría ovacionando el cambio, que hizo más atractivo el cartel, inclusive la gente bromeaba que el cambio fue premeditado.
La dinámica del festival fue muy sencilla, dos escenarios principales, uno nombrado Live Out y el segundo Heineken como el patrocinador más grande; presentando horarios cómodos para todos, evitando el dilema que todo festivalero tiene al momento de empalmarse presentaciones de sus artistas favoritos. Como atracción a los amantes de la música electrónica, La Heineken House, una carpa pequeña que ha dado la vuelta al mundo, es su primera fecha en tierra Azteca fue el hogar para la música electrónica de la noche. En los escenarios, las primeras presentaciones duraron 45 minutos.
Las puertas abrieron puntualmente a las 11:30 a.m. y el día no pudo haber estado mejor, con un clima medio nublado muy agradable, los asistentes que en su mayoría eran adolescentes comenzaron a llenar el lugar.
En lo que empezaba el primer acto, los tempraneros tuvieron la oportunidad de visitar los distintos stands y las activaciones de los patrocinadores, que eran tantas, tan variadas y tan peculiares, que compensaban, hasta cierto punto, la falta de más escenarios. Desde una “cama loca” simulando a un toro mecánico donde las parejas realizaban poses sugestivas el mayor tiempo posible sin caerse para entretener a los mirones, hasta un juego mecánico que hacía gritar de emoción a quienes se subían a dar la vuelta, pasando por muchas dinámicas para ganar premios.
El mapa festivalero fue simple y muy efectivo, todo estaba acomodado en un “óvalo” gigante permitiendo una correcta distribución y paso de la gente en toda el área del parque, aprovechando toda la zona que incluía zona de food trucks variados, alimentos gourmet con meseros y la experiencia “wine and dine”, un concepto nuevo que ofreció diferentes tipos de vinos y bocadillos seleccionados a los paladares exigentes.
Como en la mayoría de los eventos, los boletos se dividieron en acceso general y VIP, los últimos teniendo un área muy cómoda y grande reservada para ellos donde por un lado había hamacas y por el otro tenían vista preferencial de ambos escenarios. Para las personas con capacidades diferentes existía un área designada llamada “zona incluyente” que estaba en medio de los dos escenarios y contaba con el apoyo de voluntarios.
El encargado de sonar los primeros acordes del día a las 12:30 p.m. fue Kevin Garrett, músico y compositor de R&B nacido en el 91 que radica en Brooklyn y “sedujo” con su voz y sonidos contemporáneos a los escasos asistentes que se juntaron a verlo, seguido por Cleopold, un DJ suizo que lanzó su primer disco bajo el sello discográfico de Nick Murphy, (conocido como Chet Faker) que continuó “calentando” a los reunidos con su toque “electro soul”.
La primera sorpresa de la tarde llegó cuando abrió Black Pistol Fire, dúo formado en Canadá con su base en Austin e hizo que los pocos presentes se llenaran de energía con su característico sonido punk que los dejó boquiabiertos. A continuación se puso el escenario para !!! (chk, chk, chk), una agrupación que además de ser inbuscable por su nombre en internet, se formó con miembros de diferentes bandas. Los californianos continuaron con la vibra prendida del público y ofrecieron una excelente presentación.
El día continuó con la presentación electrónica de Slow Magic en las percusiones; que bien pudiera ser un DJ, un dúo o un grupo, su identidad es tan misteriosa como su género específico y es de los pocos artistas que usan máscara en sus presentaciones, su sello es la de un lobo. Poco a poco, familias enteras y “chavorucos” se fueron sumando a los adolescentes en el parque mientras los poperos de California, Phases tomaban el escenario y hacían cantar al público con su tema más famoso: I’m in love with my life.
Siguiendo con el mismo estilo musical y con mucha energía sobre el escenario, Yatch continuó la tarde que hasta el momento iba perfecta y su presentación culminó con Psychic City, el tema más coreado del grupo. El clima regiomontano fue el complemento perfecto para recibir por primera vez en tierras norteñas al dúo alterno Oh Wonder, quienes mostraron su lado sensible agradeciendo mucho a los que estábamos ahí. Los londinenses entregaron una presentación tan emotiva como su música y el público que siempre estuvo maravillado no decepcionó a la vocalista, Josephine cantando casi todas las canciones del par.
La gente no dejaba de llegar y el festival seguía presentando cartas importantes. La primera presentación de una hora de la noche fue ofrecida por Felix De Laet, el productor belga mejor conocido como Lost frequencies quien, literalmente, prendió con fuego (controlado) el escenario Live Out. El tropical house del también productor puso a sacudir el cuerpo de los que estábamos ahí y el mejor momento de su set fue cuando preguntó si queríamos margaritas y empezó su hit Are you with me y la gente enloqueció.
La noche caía y la siguiente presentación estuvo a cargo del inglés, Jake Bugg. Su estilo indie de música y género folk no encajaron del todo bien entre la música electrónica y la sintética pero eso no fue limitante para que las canciones fueran coreadas fuertemente por las chicas. En punto de las 8:30, los escoceses de Chvrches fueron como aire puro para todos comenzando con never ending circle. Durante toda la presentación a agrupación se vio agradecida de que si primera visita a Monterrey tuviera tantos fanáticos y culminó con The mother we share al mismo tiempo que miles de fieles aplaudían agradecidos por el buen espectáculo.
Foals empezó la recta final de los tres grandes presentando su rock alternativo que encendió a tope el ánimo de la fanaticada y durante toda su presentación derramó toda la energía que traía la banda, las canciones más coreadas por nosotros fueron My number e Inhaler.
Si pudieramos dividir este evento, podríamos decir con seguridad que después de los ingleses liderados por Yannis Philippakis, el dúo de Twenty one pilots fue el protagonista más grande de la noche. Tan pronto aparecieron los amigos Tyler y Josh en el escenario, los 40 mil asistentes que agotaron las entradas perdían la cabeza canción a canción desde el inicio de HeavyDirtySoul. La explosividad y energía que derrama este dúo en los escenarios fue únicamente opacada por los gritos eufóricos de la gente que cantaba cada línea de todas sus canciones. Heathens, Lane Boy, Ride, Stressed out y Guns for hands fueron la encargadas de sacar el “extra” de cada asistente.
Hubo tres momentos que marcaron esta presentación gracias a su conexión con sus fans. La primera fue cuando el baterista, Josh, tocó en una tarima “encima” del público, luego el vocalista se metió a una gran burbuja de plástico y caminó por encima de gran área de la gente. Para culminar estas locuras, Tyler apareció arriba de una gran estructura de un patrocinador, del lado izquierdo de los presentes.
Toda la gente saltó, brincó, bailó, gritó y dejó toda la energía en la pista, sin importar las pequeñas gotas de lluvia que lejos de “agüitar” la presentación, refrescaron los ánimos calientes de todos. Para cerrar la noche con broche de oro, la presentación más larga de la noche fue protagonizada por los hermanos de Nashville, quien bajaron la intensidad de los ánimos y nos pudieron en el “mood” perfecto que solo Kings of Leon le pudo haber dado.
Empezaron con material de estreno y se notó que la gente había practicando, pues Waste a moment fue coreada en todo momento. Por segunda ocasión, los 3 veces ganadores del Grammy se entregaron ante los regiomontanos con un show de primer nivel acompañados de hermosos visuales que iluminaban el escenario complementando las canciones clásicas como Crawl, Supersoaker, Pyro y Notion mientras el público coreaba cada estrofa. La cereza de este pastel principalmente europeo fue Use somebody y Sex on fire, canciones que todos y cada uno cantaban a todo pulmón. Los rockeros no tuvieron mucha interacción con el público, pero supieron satisfacerlos a todos con un show de lujo.
Cabe mencionar que el precio de este evento fue muy accesible para todos gracias a la calidad de los artistas y las presentaciones que hubo. El Live Out 2016 fue un joya más a la corona festivalera Neolonesa que demuestra año con año que la calidad de los eventos de música en Monterrey va a la alza gracias al público. La ciudad tiene el capital y la infraestructura necesaria para ser sede de eventos mundialmente famosos y estamos orgullosos de poder ser los anfitriones que somos.
No sabemos cómo vaya a ser la siguiente edición, si continúe en formato de un día, si será el tercer día del Pa’l Norte o si se extenderá a dos días, lo que sí sabemos es que Live Out ¡Llegó para quedarse!