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Dios existe y vive en Bruselas. La mala noticia es que es un cretino de primera y sus días los dedica a molestar a sus creaciones humanas de la tierra para hacerles la existencia complicada. Esto cuenta El Nuevo Nuevo Testamento.

Ya sea escribiendo leyes que joden la rutina del ser humano (como aquella que dicta que cada que alguien se mete a bañar suena el teléfono, por ejemplo) o creando desastres naturales sólo para hacerlos sufrir, este Dios desaliñado disfruta jugar con la tierra y cada uno de sus habitantes.

Dios es un ser muy olvidado en las películas, a quien en comparación de Jesús (su hijo, hablando en términos bíblicos) casi no le conocemos el rostro, y en la mayoría de las veces ha sido tratado como un ser todo poderoso, quien no se ve en la necesidad de bajar al mundo para interactuar con sus creaciones. Bajo esta premisa, el director belga Jaco Van Dormael’s ha creado una fabulosa, irreverente y muy divertida blasfemia.

Desde sus primeros minutos, El Nuevo Nuevo Testamento utiliza el humor como arma enérgica para bajar la guardia del prejuicio religioso, parodiando elementos bíblicos, pero nunca cayendo en la burla o la agresión.

El estilo visual que Van Domael’s imprime en El Nuevo Nuevo Testamento evoca a su ópera prima Toto Le Heros (película que a su vez, inspiraría a Amelie de Jean Piere Jeunet); escenarios enfocados en el minimalismo cotidiano, que resaltan gracias a la estilización del color, el ángulo de las tomas y algunos elementos animados por computadora, creando escenarios oníricos y surrealistas. Todo este discurso visual está creado para introducirnos en esa fantástica percepción del mundo de Ea, la hija del malhumorado Dios, cuyo encuentro con el mundo representa toda una aventura llena de aprendizaje.

Sin ponerse regañón, Van Domael’s dota a su filme de una perspectiva feminista, en la cual no sólo juega con la hipótesis de qué tipo de mundo sería si el creador fuese femenino, también crea la metáfora del cambio generacional que vive la mujer a través de Ea (como la joven revolucionaria que cuestiona su papel en el juego) y de su madre, quien por ser la esposa de Dios que todo lo puede, se mantiene sumisa pero esconde mucha creatividad esperando ser liberada. Pero lo más importante, a ningún papel le da más importancia que a otro.

La película se percibe como un conjunto de episodios, mediante los cuales relata el encuentro de Ea con cada uno de los seis apóstoles, a quienes busca para su nuevo nuevo testamento, aunque por fortuna, la película no se siente fragmentada (defecto que suelen tener las películas ensambladas de esta manera). Es así como, tanto el guión como la edición de la película, logran crear en cada encuentro una imaginativa que va desde lo surrealista, hasta la reflexión más humana sobre la existencia misma y lo que significa ser un humano. A destacar el joven que desafía al peligro sabiendo que no va a morir y el encuentro del personaje de Catherine Deneuve con un gorila (un pequeño guiño a Luis Buñuel).

El Nuevo Nuevo Testamento es una estupenda comedia que no sólo divierte, si no que además te dejará algunas preguntas rondando en tu cabeza, como ¿qué harías si supieras la fecha exacta de tu muerte? y te planteara situaciones dignas de análisis, como en la escena donde plantea la hipótesis de que el mismísimo Dios, podría ser echado de la iglesia por la discrepancia entre su comportamiento y las ideas de dicha institución.

Sin exagerar, Jaco Van Dormael’s nos ha regalado una de las mejores comedias del año y una de las mejores blasfemias que podremos disfrutar en mucho tiempo.

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