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Producida por J.J. Abrahams (la mente detrás de Lost y recientemente Star Wars The Force Awakens) y co-escrita por Damien Chazelle (director y guionista de la fantástica Whiplash) llega Avenida Cloverfield 10, la secuela de la película de ciencia terror y ciencia ficción del 2008, Cloverfield…o al menos eso creímos antes de verla.

Avenida Cloverfield 10 cuenta la historia de Michelle, una chica que acostumbrada a huir de sus problemas, se aleja de lo que entendemos es una ruptura emocional con su prometido. Durante su escape, Michelle recibe una llamada de su novio (mal por ella, no usen el celular mientras manejan) y mientras este le pide volver para arreglar las cosas entre ellos, el auto de Michelle es impactado por una camioneta que la saca del camino, dejándola inconsciente (¿ven? les dije que es peligroso usar el celular mientras manejan).

Tras un buen rato inconsciente, Michelle despierta en un sótano, con una férula en la pierna y esposada a un tubo, dentro de un pequeño cuarto. Mientras Michelle intenta recordar como llegó ahí, un hombre llamado Howard irrumpe en la habitación y le informa que la ha salvado de la amenaza que ha tomado al mundo por sorpresa, misma que está cobrando millones de vidas debido a la emisión de aire tóxico. El problema es que la versión de Howard y sus buenas intenciones, comienzan a ser cuestionables conforme Michelle descubre su extraño comportamiento, a lo que la chica deberá descubrir cuál es la amenaza real a la que está expuesta.

A estas alturas seguro se preguntarán ¿y el monstruo de Cloverfield? ¿y los aliens que se ven en el trailer? ¿qué tienen que ver con esta historia?, bueno, no son los únicos. Para ponerlo en contexto, digamos que Avenida Cloverfield 10 es una pariente lejana de Cloverfield, con la ambigüedad suficiente como para preguntarnos si sucede paralelamente a la primer película o es una secuela basada en el final de la misma. ¿Confuso?, bueno, no debería de sorprendernos cuando J.J. Abrahams está al mando.

Ese es el gran problema de la cinta, que como secuela no aporta nada. Sin embargo, si se deja a un lado su parentesco con Cloverfield, es mucho más enriquecedora como película.

El juego de tensión, misterio y engaños del filme, está llevado con audacia y gran talento por parte de su director Dan Traschtenberg, quien desde su prólogo contado sólo por imágenes sin mayor explicaciones, nos da los elementos suficientes para ir armando nuestra historia acerca de los protagonistas.

Avenida Cloverfield 10 funciona como una astuta metáfora de la psicosis estadounidense post 9/11, a la que parece que sólo le van cambiando el nombre a la amenaza. Su representante en el filme es Howard (John Goodman), un ex marine de la armada de los Estados Unidos, quien ha dedicado varios años de su vida a construir un refugio para una amenaza que aún no ha llegado, y de la que no sabe de que manera llegar; ha creado un lugar seguro contra las amenazas externas, pero que es vulnerable ante el peligro interno, proveniente de los que busca proteger (nada lejano a la realidad norteamericana). Por otra parte está Michelle, quien no sabe en realidad si la amenaza y el peligro están afuera ó dentro de ese mismo refugio.

Hablando de Goodman, es él y Marie Elizabeth Winstead (alias Ramona Flowers) quienes sostienen los extremos del lazo que genera tensión en el filme, aún cuando este se tambalea por lo absurdo de sus resoluciones y la incoherencia en la que mete a sus personajes (¿no se supone que con una férula no puedes correr ni mucho menos brincar?). Eso sin contar lo increíble que resulta la habilidad de Michelle, quien parece ser pariente lejano de McGiver (¡corran al bati-Google!) y crea todo tipo de artefactos para defenderse e intentar escapar. Pero de eso se trata el juego que propone la película, así que eso se deja pasar y hasta se disfruta.

Lo que es imperdonable es ese final. Todo lo que fue construyendo minuciosamente el guión, parte por parte, se termina viniendo abajo cual juego de Jenga, todo por mover una pieza de la base y queriendo poner encima de todo, la relación que tiene Cloverfield con este filme, y además, con una resolución infame.

Sin ser mala del todo, Avenida Cloverfield 10 es un pretexto para mantener viva la saga de Cloverfield, sacrificando así una buena película de suspenso y terror, de esas que pocas veces se pueden ver.

Es una pena.

 

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