Koi Child es la fusión de dos agrupaciones: Child’s Play y Kashikoi, juntos son un cuarteto de Nu Jazz que vaya que están bárbaros.
El rap cada vez se va posicionando más entre los oyentes de varios géneros musicales, sobre todo en el pop; en la electrónica, y también se ha inmiscuido en el rock y en el R&B y en general en la radio de música alternativa en los últimos años. También ha hecho a sus artistas formar parte de festivales grandes de música alrededor del mundo, incluso colocándolos de headliners. Hay cantidad enorme de ejemplos con los que podríamos sentarnos en la sala, tomar un café (o una caguama banquetera, como ustedes prefieran), y charlar por horas….pero no señores, ese es otro tema.
En Australia últimamente se está desarrollando una cantidad enorme de buena música, una cantidad sublime de buena música, lo mejor de todo esto es que la están exportando al mundo, tal es el caso de Koi Child que ha llegado con el pie derecho a la escena musical directamente desde el país del canguro.
Koi Child es la fusión de dos agrupaciones: Child’s Play y Kashikoi, juntos son un cuarteto de Nu Jazz que vaya que están bárbaros. Se juntaron en el 2014 gracias a que Kevin Parker, sí, el mismísimo líder de Tame Impala y -sin miedo a equivocarme- el estandarte hoy en día de la música en Australia, los escuchó en un evento en donde éstas dos agrupaciones se echaron un palomazo. Parker decidió producirles un álbum debut, y tal cual ya nos tiene acostumbrados, hizo de aquel palomazo una joya de marzo de 2016.
Algo que le agradezco mucho a este álbum debut de Koi Child homónimo, es la originalidad de cada una de sus pistas, porque de principio pareciera que no es un álbum de rap, del guetto, de esos que sus protagonistas han sufrido toda su vida por las drogas y la delincuencia en las calles; pero no, de principio con Grease, la canción de apertura, es como si comenzaras a escuchar al italiano Nicola Conte y sus encantadoras piezas de jazz, o inclusive también esperando a escuchar la sensual voz de la guapa y talentosa Esperanza Spalding. Con esas expectativas se va la primer pieza, y con Wumpa Fruit, la segunda entrega, la expectativa es la misma sólo que ahora con un bajó eléctrico más potente, es hasta al minuto 1:42 donde sale una voz a rapear quebrando esa red de pensamientos y a darle forma al ritmo, al verdadero mensaje que Koi Child quiere que los ubiquemos y recordemos.
En todo momento se escucha la clara referencia de Kevin Parker sobre ellos, en cada canción desde la batería, los sintetizadores y el bajo eléctrico se nota, sobretodo en el track que lanzaron como primer sencillo 1-5-9 que comienza y es como si cualquier canción del Currents de Tame Impala fuera a sonar. Parker les produjo un álbum muy ágil, que en ningún momento baja los brazos y donde el jazz te conduce a que no abandones nunca ninguna pista. Les dio un toque prácticamente único o al menos que muy pocos tienen, simulando y/o referenciando a The Streets, a De La Soul o A Tribe Called Quest en los 80’s y 90’s (en paz descanse Phife Dawg) e inclusive al mayor referente del rap en el último par de años Kendrick Lamar que en sus dos últimos álbumes To Pimp A Butterfly y Untitled Unmastered incluyó pistas de jazz originales y sampleos de Soul en sus piezas.
Koi Child tiene gran futuro en la escena mundial musical porque, además de estar apadrinados por Kevin Parker, cuentan con un tremendísimo talento a flote que sin lugar a dudas les dará para mucho además de que a leguas se ve que traen un acto en vivo muy bueno. Serían una excelente opción para nueva banda propuesta en algún festival de México (les hablo a ustedes Corona Capital y Trópico).
Otra cosa y pensamiento que me dejó muy en claro al escuchar este álbum fue que, Don Kevin Parker, usted todo lo que toca lo vuelve oro.