Campo, libertad y una mecedora que sirve como asiento perfecto para ver pasar la vida; esa que recuerda que a veces es bueno detenerse un momento, dejar que el tiempo corra y mirar en donde se ha olvidado, retomar el camino y encontrar en los adentros la verdadera razón por la cual se anda. Así se siente Gamble For a Rose, nuevo material del británico King Charles.
El objetivo de la música y su valor esencial siempre ha sido hacer sentir, transmitir y envolver, y hemos de decir que Gamble For A Rose cumple perfectamente con eso, desde el inicio uno puede notar lo bien hecho y las melodías entrometidas que hacen de las suyas en nuestra mente en el primer track y que son constantes hasta el doceavo.
Como un músico que nació en la tierra sagrada de los acordes y las notas, King Charles demuestra que su educación se encuentra a punto, nos enseña grandes matices y composiciones melódicas que realmente valen la pena, además lo une con su experiencia e influencia en los Estados Unidos, así que su ejercicio se vuelve un folk/country/pop extraño pero que ciertamente saca los mejor de los tres.
Loose Change Fort he Boatman, canción que abre, que realmente se queda en la cabeza y cumple con lo que oiremos a lo largo del disco, cambios de ritmo e instrumentos que comienzan con tranquilidad y que avanzan a la par del tiempo, uno puede sentir y constar la escuela de Charles, su apuesta y el transporte inmediato de nuestros sentidos a un espacio más tranquilo, libre y donde se puede jugar al reflexivo.
Llegamos a Choke, una pieza que atiende realmente al detalle y que se puede comer en dos platos, uno lleno de instrumentación que cae en perfecto tiempo, con pinceladas que suman un gran todo. El otro se sirve con la voz y la lírica que reclama una relación fallida y la transforma en la reflexión que todos nos hacemos al voltear hacia un lado y darnos cuenta que ya no hay alguien ahí para tomarnos de la mano.
Gamble For a Rose le da nombre al material, y no es que no haya gustado pero definitivamente no es de las más fuertes en el disco, sin embargo, suena relajada, con buena letra y muy lejos de querer pasar a la siguiente. St. Peters Game y Tomorrow’s Fool, grandes y con estilo, ambas con un riff de guitarra que atrapa y nos mantiene sentados en la mecedora. La segunda con un interlude que pasa de un lado a otro con fuerza y que agradecí por completo.
Los importante a destacar de este álbum es el juego que los instrumentos hacen, sus combinaciones y el camuflajeo bien pensado con la voz de Charles, además de las letras muy bien realizadas y que siempre contienen algo que pega al pensamiento y a la nostalgia, caso de Carry Me Away y Bright Thing, todo para terminar con una oda al amor como lo es Coco Chitty, que a su estilo nos da la esperanza de algo mejor.
Gamble For a Rose se siente y se piensa, se reflexiona y disfruta. Es un disco que puede servir de acompañante de vida y que ofrece la posibilidad de tomarlo varias veces a lo largo de los años pues siempre tendrá algo que decir y que interpretar. Si bien es un ritmo que para algunos puede resultar un poco aburrido y repetitivo con el paso de canciones, realmente requiere que le dediquen tiempo, que se atrevan a sentarse en esa mecedora y olviden por un momento todo lo de afuera, hacer la búsqueda en el alma y disfrutar realmente de este viaje llamado vida.