No, Deadpool no es original, tampoco es una obra maestra, ni mucho menos es la película que venga a cambiar el universo del cine de Súper Héroes. Y tampoco veo que lo pretenda ser.
Deadpool, el hijo malcriado de Marvel, tras su infame aparición en la igualmente miserable X-Men Origins: Wolverine, al fin consiguió tener su propia película. Suceso que muchos toman como una gran apuesta por la 20th Century Fox y otros pensamos que era sólo cuestión de tiempo.
Dirigida por Tim Miller (creador y supervisor de los efectos visuales de Scott Pilgrim vs the world y el intro de The girl with the Dragon tattoo), con un guión escrito por Rhett Reese y Paul Wernick (la dupla guionista de Zombieland) y con un presupuesto de sólo 58 millones de dólares (fondos muy por debajo de lo que se gasta en realizar una película de súper héroes en la actualidad), Deadpool hace una sátira del molde de las películas de súper héroes, dentro del mismo molde de una película de súper héroes (MOLDINCEPTION).
Para muchos, esto es la gran contradicción de la película, pero para un servidor, es un gran alivio entre toda la contaminación de decenas de adonis en trajes entallados.
ya queremos ver batman vs. superman
Lo que sería una verdadera contradicción en Deadpool sería que tomara el camino de la parodia, ridiculizando la fórmula de la que tiene que echar mano para funcionar como cinta de acción y astútamente no lo hace. En otras palabras, Deadpool no muerde la mano que le da de comer, al contrario, le es muy fiel, pero jugando el papel del hijo malcriado, ese que se ríe de todo lo que debe hacer para agradarle a sus creadores y sobre todo, a su público.
Incluso, dicen los que saben, que la película es fiel al cómic, respetando la violencia innecesaria pero graciosa, el constante rompimiento de la cuarta pared (recurso del cual hasta se burla por utilizarlo tanto) y la verborrea incansable, bastante cómica.
Es así como la película de Deadpool fluye con un ritmo propio que desacelera cuando tiene que contar el origen del personaje, para luego acelerar buscando cumplir la cuota de adrenalina que este tipo de cintas exige, pero nuevamente no tiene problemas para volverlo a bajar al mostrarnos la historia de amor dentro de la cinta y aún así, funciona.Esto es gracias al guión que da a la película una estructura sólida, funcional y que hasta se da el lujo de cubrir sus huecos de presupuesto con excelentes chistes.
Digamos que el guión es George Michael y la película es Wham!.
Si en algo se han caracterizado las películas de la compañía Marvel, es en su pobre conexión entre el súper héroe en cuestión y su interés romántico que resultan más fríos y tiesos que las bolas de Colossus. Deadpool logra ser la excepción a la regla, pues la relación entre Wade y Vanessa en verdad saca chispas, gracias a la compenetración que tienen Ryan Reynolds y Morena Baccarin logran en la pantalla, con penetración justamente.
Y eso nos lleva al último y destacable punto que hace creíble una saga del mercenario bocón: Ryan Reynolds. Luego del desastre llamado Green Lantern, Reynolds deja de hacerse el guapo y se enfoca en ese sentido del humor ácido que había venido trabajando en la cinta The Voices (2014), llegando a burlarse de él mismo, pero a la vez manejando los breves tonos dramáticos de la historia con mucha credibilidad. Tal vez siga siendo un imbécil, pero ahora lo utiliza con humor.
El problema que le encuentro a la cinta Deadpool, es a la vez su mayor virtud para atraer a público de generaciones distintas: las múltiples referencias a la cultura pop. Son tantas y tan variadas que, en varios momentos los chistes no funcionan y puedes llegar a perder el hilo de la referencia o del momento dentro de la historia (igual ironiza sobre Voltron, se mofa de Limp Bizkit, como también hace chistes de Taken de Liam Neeson y hasta bromea con los dos actores que han interpretado a Charles Xavier en las películas de X-Men).
Fuera de ello, aplaudo a Deadpool, no por que sea una obra maestra (no todas lo tienen que ser), si no por darnos un respiro de aire fresco para desintoxicarnos un poco del acartonamiento del sub-género mamados súper poderosos; por ser un gran alivio como en su momento lo hizo Guardians of the Galaxy, pero sobre todo, por demostrar al propio Universo Marvel que no se necesita forzar la tuerca de la fórmula para ofrecer algo fresco y a su vez taquillero. A veces sólo basta con girar la tuerca para desaflojarla y permitirle moverse un poco.