Le dimos una escuchada al nuevo disco de Foals, What went down, que a algunos ha gustado y a otros decepcionado. Aquí te decimos qué opinamos nosotros.
Descomposición de elementos. La costumbre nos ha llevado a ver las cosas en su totalidad, no reparamos jamás en tratar de descifrar las pequeñas cosas que logran, al juntarse, presentar un trabajo final digno o indigno de ser tomado en cuenta. En cuestión musical no es diferente, es muy fácil emitir comentarios sobre lo que se escucha en la superficie, muy pocas veces tomamos en serio la sucesión de instrumentos que hacen posible un material.
Foals es una banda que hace honores a esos pequeños detalles que cambian completamente el sentido. Desde sus inicios se consagraron como un grupo que rescata sonidos e instrumentos, que su propuesta va un poco más allá de sólo hacer buena música y en su último material What Went Down lo reiteran de forma muy adecuada.
Alguna vez escuché a alguien decir: “Los Foals no me laten, son demasiado repetitivos, toda la canción es lo mismo” Y, aunque respeto la opinión, no la comparto en lo más mínimo. Si bien Foals tiene lapsos donde algunos instrumentos dan muchas “vueltas” a lo mismo, es para dar cabida y tiempo a que se agreguen los demás y así tener finalmente la melodía completa. Utilizan esa descomposición de sonidos de atrás para adelante que, si uno pone atención, reconocerá la buena idea y lo excelente de algunas de sus canciones. Mountain At My Gates , Birch Tree y Night Swimmers son ejemplos perfectos para lo que trato de decir.
Si bien para mi no es el mejor material de Foals puesto que Antidotes Es una joya que tendría que estar guardada especialmente en todas las bibliotecas musicales, este nuevo disco muestra los dos lados de la banda, esas ganas y sonidos característicos de los inicios y la madurez notoria de un grupo ya recorrido internacionalmente.
Las canciones se pueden escuchar sin problema alguno, manejan una temática agradable y que sirve de acompañante para cualquier actividad cotidiana. A Albatross la pondré en un peldaño un poco más arriba simplemente por la instrumentación, no es la rola más movida del disco pero vale la pena poner el oído en ella para descifrarla, atrapa de inmediato y mantiene ese agarre hasta el final. Snake Oil llega para cambiar un poco la métrica y empezar a mover cabezas, es una rolita bastante agradable que no puedes dejar pasar en tus viajes de carretera.
What Went Down nos recuerda que muchas veces hay una gran recompensa si nos detenemos un momento y bajamos esa velocidad heredada y adoptada. El sentarse y escuchar detenidamente a algo o alguien hace que podamos entender mejor, involucrarnos realmente en lo que se tiene para decir y poder empatar de una manera más real con lo que nos rodea.
Foals tiene todo lo necesario para convertirse en favorito dentro de la escena musical actual, su show en vivo vale mucho la pena y sus canciones aún más. Lastimosamente no pudimos verlos este año debido a cuestiones externas, pero esperaremos con ansias al siguiente para descomponer el sonido y componer al alma.
P.D. Si no has escuchado el álbum corre a conseguirlo.
