Desde hace algún tiempo se ha estado discutiendo sobre las “drogas auditivas”, un efecto de los sonidos binaurales en nuestro cerebro.
Esto al parecer ha hecho que cada vez más jóvenes busquen el término “drogas auditivas” en Google y entonces tengan acceso a ellas.
El bullicio ha sido tal que se habla de algunos legisladores europeos que ya están buscando que sean clasificadas como ilegales en sus respectivos países y obviamente ya hay grupos de madres consternadas y de católicos fervientes que están haciendo ruido y espantando personas, vamos, hasta capítulo de la Rosa de Guadalupe tiene.
Esta nota pretende narrar la investigación y experimentación que se realizó por parte del B.D.T.T (Bizarro Drugs Testing Team) .
En dado caso que encuentres fallas en nuestro método científico es porque no se usó el tradicional sino la versión 8.1.
La Historia de las Drogas Auditivas
Todo indica que en 1839 el investigador Heinrich Wilhelm Dove descubrió la técnica denominada “Binaural Beats” o sonidos binaurales, que consiste en exponer a los oídos un sonido de diferente frecuencia en cada uno, con lo que se genera en el cerebro una onda distinta, pero el jamás dijo: corran y úsenla para drogarse.
En los 70s, Gerald Oster dice que los sonidos binaurales pueden ocuparse para meditar y mejorar la concentración, por lo que se habían quedado un poco relegados al New Age, pero ya entrado este siglo se empezó a hablar de su uso como droga recreacional, tratamiento terapéutico, auxiliar para la memoria y herramienta para meditar.
La Ciencia detrás de las Drogas Auditivas
De acuerdo a lo que se explica en los libros, un sonido binaural se logra cuando los oídos reciben sonidos a frecuencias distintas. Es por eso que se debe usar audífonos.
Esta diferencia en las ondas hace que el cerebro genere una onda resultante de ambas. Por ejemplo, si en un oído se escucha un sonido a 120 Hz y en el otro a 128 Hz la onda resultante en el cerebro es una Onda Alfa de 8 Hz.
Aquí una descripción de los efectos que se dicen que tienen estas ondas en el cerebro:
- Más de 40 Hz (Ondas Gamma): Actividad mental elevada, mejor percepción, resolución de problemas, miedo, conciencia.
- 13 – 39 Hz (Ondas Beta): Hiperactividad, pensamientos de ansiedad y concentración activa, excitación, paranoia
- 7 – 13 Hz (Ondas Alfa): Relajación (despierto), somnolencias, sueños
- 4 – 7 Hz (Ondas Teta): Meditación profunda, relajación, sueños
- Menos de 4 Hz (Ondas Delta): Sueño profundo, pérdida de sensación corporal.
El Negocio de las “Drogas Auditivas”
En este momento la lana la está haciendo un distribuidor de software llamado I-Doser. Su software esta basado en tecnología OpenSource y el modelo básico es gratuito, pero el negocio esta en vender las dosis, “doses”, que van desde un dólar hasta los cientos.
Estas dosis son archivos de audio que muy acertadamente usan la extensión “.drg” y que además llevan nombres de clásicos como la Marihuana, Cocaína, LSD, Éxtasis, etc. Algunos otros nombres son más sugestivos como “La Mano de Dios” o “Las Puertas del Infierno”.
El software en su versión pagada te permite cambiar la apariencia y algunas otras cosas, pero quizá lo más interesante de pagar es la opción de mezclar la dosis con tu canción mp3 de preferencia, lo que hará “el viaje” algo más placentero.
Además de esta compañía, se pueden conseguir con muy poco esfuerzo archivos en mp3 o por YouTube que en teoría tendrán el mismo efecto.
La Experiencia
Mi experiencia: El proceso fue muy sencillo, la página de I-Doser incluye un link al software que en su versión gratuita incluye tres dosis.
Una vez que el software fue instalado, revisé rápidamente la carpeta doses, como si fuera un sobre de estampas, para saber cuales eran las que se habían incluido.
La primera que probé fue “Alcohol”, que promete hacer que te sientas borracho sin tener resaca alguna. Noté que el archivo de audio duraba 30 minutos y pensé: “Apuesto que puedo emborracharme en menos de 30 minutos.” Sin embargo, decidí dejar ese experimento para otro día.
Ajusté mis audífonos. Abrí un refresco (un poco de placebo líquido podría ayudar) y di play; el programa me pidió “Aceptar los Términos” que hablaban de las posibles consecuencias que usar esto traería y de como ellos no eran responsables, aunque también mencionaban dos veces que no se hacían devoluciones.
Debo decir que fueron los peores treinta minutos de mi vida. El ruido llegó a ser muy molesto y por obvias razones me dieron ganas de volver el estómago y me sentí algo mareado, pero nada comparado con unos shots previos… no había sensación de “Yo invito todo” ni sentimientos de “Eres mi hermano” vamos, ni siquiera quise hablarle a mi ex.
El segundo en mi paquete de regalo era “Content” que en teoría me haría sentir relajado y feliz. La parte buena es que duraba 10 minutos menos. La parte mala es que yo ya estoy normalmente contento, por lo que si quiero estar más contento se necesita mucho más que esto. La experiencia fue aburrida y poco memorable.
Al último le quiero dar una oportunidad más a las drogas auditivas, ya que debo reconocer que ya no estaba de humor después de una hora de ruidos, pero en teoría, el que me falta probar hace que uno duerma mejor. El ruido en esta ocasión era bastante relajante, aunque igual se puede escuchar un CD ambiental del mar o de una noche en el campo para tener el mismo efecto.
Conclusión
Las drogas auditivas son un mito, están fundamentadas en un efecto científico real que ha sido documentado, pero lo que no se ha documentado o comprobado es qué tanto puede este efecto hacerte sentir “drogado”.
Por principio y lógica no hay forma de que la captación de THC por los receptores neuronales en nuestro cerebro se pueda reproducir fielmente a través de las ondas de los sonidos binaurales. Es imposible, y por ello el mote “virtual”.
Nada de lo “virtual” se acerca siquiera un poco a lo real, no prefieres una muñeca inflable que una muñeca real, no es mejor manejar un Ferrari en el XBox que manejarlo en la calle y jamás se acercará un archivo de sonido a una reacción electroquímica, jamás, no es posible, no existe.
El poder de la sugestión es muy grande y ese te puede hacer sentir muchas cosas, así que si quieres divertirte un rato en lo que se averigua si esto te puede matar o no, hazlo, pero es un hecho que no se compara con experiencias distintas.
Eso sí, un estudio de sentido común comprobó que las personas interesadas en experimentar con esto es porque están obviamente interesadas en tener experiencias de estados alterados de la conciencia, por lo que posiblemente acaben consumiendo alguna droga real. Increíble, ¿no?
Pueden bajar el mismo kit que usamos en la página de I-Doser y formar parte del Bizarro Drug Testing Team dejando un comentario con su experiencia.